De joacos, sebas y michelles.

Queda todo octubre, todo noviembre y un poco de diciembre. Ya sabemos el orden de los candidatos en la papeleta, definidos los inscritos, abundan las encuestas. Lagos se empina como inmortal y en tiempo eleccionario, como cualquiera y como lo han hecho todos, ya no gobierna sino que sólo administra para mantener el orden.
La política me cansa. Más aún cuando el tiempo eleccionario se ha alargado más de la cuenta. Desde el '99 que Lavín es candidato, el año pasado las ex ministras dieron un paso al costado para empezar sus campañas, y Piñera, entre la masa, ataba cabos para que en el momento exacto emergiera al plató principal con tdas las luces y fuerzas que nos tiene acostumbrados.
Del cambio quedan sólo los colores oro y cielo. La cinta sin fin de la delincuencia, el desempleo, la cesantía, hoy sólo se escucha hasta la primera línea. En pocos mese se ha pasado del cambio a la pregunta abierta de si cada uno de nosotros está bien. Luego vinieron las alas para todos y el tambor de la desigualdad, hasta nuevamente caer en la delincuencia.
Su socio, o ex socio, viste y llena medio Santiago con afiches pasados de moda, haciéndose sentir cercano a un mundo que lo mira con recelo. La parka amarilla fue la versión actualizada de la parka roja del Caco Latorre, que tantos dividendos entregó (la parka, aclaro). Tipo inteligente, hábil como pez en el agua, lleno de talento, fuerza y capital económico, se las ingenia para ser de un mundo pero seducir al sector que no representa. Renovación Nacional no es la Democracia Cristiana, pero aún así Piñera se las arregla para representar a una con el discurso de otra. Y ante la negativa campaña de Lavín, al Seba con su fuerza y su futuro optimista le dan dividendos.
Michelle, en tanto, aún muda. De gordis la trata un brillante amigo y ella sólo atina a decir que nadie la llama gordis. Antes afirmaba que nadie la mandaba. Un poco más atrás reafirmaba que las decisiones las tomaba ella.
Ante tanta reafirmación me asalta la duda de si en verdad siente y cree que es así. El Nico la llama efectivamente gordis. Haberlo hecho en público quizás fue demasiada familiaridad en época eleccionaria.
Cuando alguien repite en demasía un concepto al público sobre sí mismo, en el fondo lo hace para convencerse de algo que no está seguro. El inteligente extremo no anda con un cartel de "yo soy inteligente" colgando del cuello. El tipo sencillo no se escribe en la frente que él es sencillo. Son no más., allá los demás.
Las campañas son para ganar elecciones, no para enunciar gobiernos. Y la verdad es que da un poco lo mismo. El poder está cada vez menos en la política y cada vez más en el poder económico. Y en ese mundo no hay rotación. Son los mismos de siempre.
En el fondo lo de diciembre es elegir a un administrador. Como el del edificio, el del club social o el de la junta de vecinos.
Y usted, ya eligió al suyo?