lunes, diciembre 12, 2005

8/12

Pocas cosas son tan complicadas como la política en los bomberos. Los que están afuera no la entienden y muchas veces los que estamos adentro tampoco. Como lo que ocurrió el pasado 8.
Al salir de la reunión tuve que empezar a pensar sobre qué era lo que iba a escribir para la web, y comencé a darme cuenta de la incoherencia de nuestros votos.
Quizás casi nadie reparó en ello. Tal vez sí y el análisis lo hacen en el fuero interno. Puede que muchos se quedaron con las 5 horas interminables que duró la elección. Para otros, fue el prólogo de una tarde de amigos, risas y alcohol.
Ejemplos inentendibles hay más de uno, pero individualizar la falta de madurez en casos particulares sería perder el foco del mensaje. La crítica, por cierto, no va hacia los que fueron electos, sino que por el contrario, hacia nosotros mismos, los que levantamos la mano para apoyarlos.
Muchas, pero muchísimas veces escuchamos las quejas por un presente menos evolucionado que el necesario. Críticas con argumentos, de peso. Algunas veces incluso con propuestas de solución.
Sin embargo, nada de ello ocurre cuando es debido.
Cada 8 de diciembre tenemos la posibilidad de evaluar el presente, y con la constancia del pasado, decidir buscar un futuro mejor.
El pasado 8 nosotros seguimos siendo partícipes de cada una de las cosas que criticamos. Aportamos de igual forma que el oficial mediocre para que los avances necesarios sigan durmiendo en un letargo mortal.
No nos equivoquemos. Grave error sería el restarnos de un presente que, con nuestras acciones, ayudamos a cimentar. Nosotros, aunque nos duela y no lo queramos, tenemos la misma culpa y la misma responsabilidad.
O incluso más. Porque hay algunos que el presente les acomoda. Aunque, por lo visto el 8, puede que a nosotros también.
A fin de cuentas, qué es lo que nos diferencia?

No hay comentarios.: