jueves, junio 29, 2006

Nuestro día

El 30 de Junio de 1851 se formó el primer Cuerpo de Bomberos de Chile. Por eso el 30 de junio es el día del Bombero.
Sí, estamos de día. Por eso escribí lo que está más abajo
Un abrazo
Cris
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Muchas veces me he preguntado qué es para mí ser bombero. Si el dicho que reza que ser bombero es un estilo de vida es verdad o tan sólo una frase lanzada al viento. En ocasiones me es complicado explicarles a los amigos todo lo que envuelve el vestir guerrera y casco.

Es común el hablar sobre sueños interrumpidos por timbrazos y pasos raudos, de escapadas del trabajo a cumplir la labor, de noches de ejercicios preparando una competencia que sólo nosotros entendemos, o compromisos pactados que hay que cumplir con honor.

Pero ser bombero es mucho más que eso. Más que sirenas y carros desplegándose por avenidas, que pitones penetrando un humo provocador, que herramientas abriendo paso en autos retorcidos, o que un “firme” en la fila, satisfecho por sentirse partícipe del trabajo realizado.

Para mí es sumamente difícil ofrecer en palabras lo que es ser bombero.

Personalmente, ser bombero es un deber, una responsabilidad y una tremenda satisfacción.

Es un deber autoimpuesto. Es una necesidad íntima que me obliga a contribuir en mi compañía para otorgar un servicio vital, que sólo nosotros podemos entregar. Tenemos los conocimientos, las herramientas y la experiencia que nadie tiene y debemos aplicarla en favor de la comunidad. Ante una emergencia sé que seré útil, y que mi presencia siempre valdrá más que mi ausencia. Por eso en los bomberos no existe el “que vayan otros”, o por lo mismo todos queremos estar donde se nos requiere.

Ser bombero también es una tremenda responsabilidad. El saber que mi experiencia y mis manos irán en directo beneficio del que lo necesita, la certeza de que las personas nos entregan con fe ciega sus más preciados valores, confiando en que nosotros haremos lo más correcto para sus intereses. En nuestros actos y en nuestro criterio descansa la tranquilidad de muchos. Es un desafío diario estar a la altura de tales circunstancias.

Y casi sobra explicarlo. Es una tremenda satisfacción el ser bombero. Es levantarme orgulloso por vestir el uniforme que hace 155 años se luce con rigor. Es dar las gracias por las miles de alegrías vividas, los amigos forjados al fragor del trabajo. Es compartir las penas, la impotencia de un trabajo con errores, la desilusión de no poderle doblar la mano al destino.

Hoy es nuestro día. Al menos eso dice el calendario y lo celebramos como tal.

No obstante, esta conmemoración es lejana a la pompa y el estruendo. Nosotros nacimos para atender al prójimo, nuestro objetivo siempre son los demás.

Por eso, hoy como cada 30 de junio celebramos íntimamente el hito que nos abrió las puertas para realizar lo que juramos, desde hace ya 155 años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace tiempo no entraba a tu blog!! Leí varias cosas y te escribiría otras tantas pero me voy a referir a lo último y con una sola palabra:
GRACIAS
a ti y a todos los bomberos que se resumen en ti
Cariños,
MAJIS