Desde hacía mucho tiempo que esperaba esta semana.
Esta semana cumplí 24. Esta semana se acaban las clases, porque la siguiente es solo trámite. Esta semana también comienzan los últimos días de la práctica.
Esta semana se pone la primera piedra de nuestro futuro cuartel, nuestra casa por los próximos 50 años. Esta semana descubrí que puedo ser un buen ayudante. También me di cuenta que mis amigos me quieren más de lo que pensé.
Todo ello es tremendamente reconfortante y me alegra la vida.
Sin embargo, nunca me olvidaré que dos días después de mi cumpleaños, un Fernando Gallegos también celebraba su día. Un Fer que a muchos nos entregó su increíble madurez para enfrentar la vida. El "Feñita" que de forma humilde compartía su enorme inteligencia. El Fer que vimos sufrir y sobrellevar ese sufrimiento de forma estoica. El Fernandito que muchos cuidamos y protegimos porque sentíamos que físicamente era más débil que nosotros. El mismo al que le costaba una enormidad comer, el que roncaba de forma insportable, el mismo que soportó una tempestuosa estadía en la clínica, el único amigo que jugaba jockey, el que nunca me ganó en tenis, el que entendía de computación más que todos nosotros juntos.
El 15 de septiembre del año pasado, la vida nos impidió poder seguir celebrando nuestros cumpleaños seguidamente. Un árbol, un auto y una reja truncaron su destino.
Sin embargo, hay personas que te dejan su aporte de forma indeleble.
El Fer ciertamente era una de ellas.
Esta semana cumplí 24. Esta semana se acaban las clases, porque la siguiente es solo trámite. Esta semana también comienzan los últimos días de la práctica.
Esta semana se pone la primera piedra de nuestro futuro cuartel, nuestra casa por los próximos 50 años. Esta semana descubrí que puedo ser un buen ayudante. También me di cuenta que mis amigos me quieren más de lo que pensé.
Todo ello es tremendamente reconfortante y me alegra la vida.
Sin embargo, nunca me olvidaré que dos días después de mi cumpleaños, un Fernando Gallegos también celebraba su día. Un Fer que a muchos nos entregó su increíble madurez para enfrentar la vida. El "Feñita" que de forma humilde compartía su enorme inteligencia. El Fer que vimos sufrir y sobrellevar ese sufrimiento de forma estoica. El Fernandito que muchos cuidamos y protegimos porque sentíamos que físicamente era más débil que nosotros. El mismo al que le costaba una enormidad comer, el que roncaba de forma insportable, el mismo que soportó una tempestuosa estadía en la clínica, el único amigo que jugaba jockey, el que nunca me ganó en tenis, el que entendía de computación más que todos nosotros juntos.
El 15 de septiembre del año pasado, la vida nos impidió poder seguir celebrando nuestros cumpleaños seguidamente. Un árbol, un auto y una reja truncaron su destino.
Sin embargo, hay personas que te dejan su aporte de forma indeleble.
El Fer ciertamente era una de ellas.
2 comentarios:
cada dìa màs viejo y.. perdonando a los lectores del Sr. manotas... pajero.
hola..leyendo tu log me doy cuenta de eso..me he dado cuenta creo q no de manera tan radical..pq aun tengo a mi lado a aquellos q me dejan huellas pero tan maravillosos son..q me dejan algo cada dia...familia y amigos..y dentro de esos...tu..de verdad..gracias por aquel abrazo....
muchas gracias...lindo..
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