Yo del primer mundial que me acuerdo fue de Italia '90. Cosas vagas, como la lesión de Neri Pumpido en medio del área, cuando se le quebró la tibia y peroné y tuvo que entrar un tal Sergio Goycoechea, que finalmente se robó la película al atajar casi todos los penales que le tiraron. Le faltó el que convirtió Alemania, con el cual Argntina perdió la final.
Después el de Estados Unidos '94 ya son recuerdo más claros. Un partido en el que a un arco se le quebró la varilla que afirmaba la malla y en pocos minutos los productores del mundial cambiaron el arco completo. También tuve la oportunidad de ir al Citrus Bowl, en Orlando, para ver el partido entre Bélgica, con Michael Predoum al arco, contra Marruecos. Ganó Bélgica 1-0. Y claro, la final, una dramática definición a penales, donde el ídolo Roby Baggio se vistió de Caszely y pierde el penal, posibilitando que Brasil levantara la copa por cuarta vez.
Para qué hablar de Francia '98. El primer mundial que Chile decía presente desde el lejano 1982. Los partidos contra Italia (Bouchardou incluido), el gol a último minuto de Austria, la salvada que tuvimos con Camerún y el bochorno contra Brasil. La final entre un Brasil con un Ronaldo ido, y una Francia inspirada en un elegante Zinedine Zidane.
Japón-Corea, en 2002 el primer mundial organizado por dos países, más encima asiáticos. La decepción Argentina, el deslumbrante Senegal, Un Corea del Sur impensado. Y una final en la que Oliver Kahn mostró que era humano: falló en el momento que no podía y permitió que Brasil se llevara la quinta estrella.
EL Viernes empieza Alemania 2006. Un mes completo en que respiraremos, los que nos gusta, sólamente fútbol. Y es que un mundial es un hito en la vida de los futboleros. Cada 4 años existe un mes que nos marca la vida.
Tiempo atrás con Don Gallo nos acordábamos de los nombres de las pelotas oficiales de los mundiales. Hoy aparece en el diario que muchos nos acordamos dónde estábamos o qué estábamos haciendo en las finales de los mundiales.
Así suma y sigue. Porque es cierto. Yo en la final de Japón- Corea, a las 7 de la mañana estaba en la cama de mi madre viendo cómo Brasil salía campeón mientras en el Bellas Artes miles de chilenos se empelotaban posando para Tunick.
Yo quería ir a Tunick demasiado. Pero una final del mundial es demasiado.
De aquí hasta el 9 de Julio puede que este blog se vuelva monotemático.
Qué más da. Si sólo se da cada 4 años
2 comentarios:
Yo la final de Korea la vi al más puro estilo Raposo. O sea, puse el reloj para ir a Tunick, pero los 5 minutitos fueron más, así que me perdí también parte de la final, y eso que me esmeré en llegar tarde a todas las clases para ver los partidos.
Pero sin duda, mi final más querida fue Francia '98, en la casa de mi abuela, los del primer piso Brasil, los del segundo Francia, claramente los que estabamos arriba celebramos de lo lindo.
Desde el viernes que vimos todos juntos Alemania- Costa Rica con el gran Wanchope y sus dos pepitas hasta ahora que escribo este post, después de Portugal-Angola, es que no me he perdido partido. Es lejos el evento más hipnotizador del que tengo memoria.
1990 y el robo a Argentina con Diego lesionado en la final -Y el robo de mi album de coca cola semi completo de ese torneo. Aún no lo supero.
1994 y la euforia de Maradona que le costó la carrera en los mundiales. 4 de Julio y la historia del 4-0 sobre los gringos a manos de Bebeto y Romario. Aunque en la final y por influencia familiar fui por Italia.
1998 y el gol del coto a camerún, Ese día llevé su camiseta de colo -colo. Mágico
2002 y resfriado, vi la final e iba por Alemania. La revancha de Ronaldo.
Como dijiste sabiamente "Los mundiales marcan nuestras vidas".
eso
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