domingo, junio 08, 2008

Teatro del absurdo.

Escena 1:
El Banco Central, presionado por el gremio agrícola, anuncia que comprará 50 millones de dólares diarios hasta que el precio de la divisa suba lo suficiente como para que las exportaciones (transadas en esa moneda) sean viables.

Escena 2:
El Gobierno, presionado por los usuarios de automóviles, anuncia que implementará un fondo de 1000 millones de dólares para estabilizar el precio de los combustibles. Con la medida, buscan que el creciente aumento del precio del crudo no tenga efectos tan negativos en los bolsillos de los chilenos.

Escena 3:
El Gobierno, presionado por el paro camionero (que casi paralizó el país), anuncia que devolverá el 80% del impuesto específico al diésel, para que estos compren el petróleo más barato y puedan hacer viable su actividad económica.


Conclusión:
El Gobierno, por una parte, sale a comprar dólares para hacer subir su precio. Por contraparte, sale a comprar combustible que no produce y por el cual paga en dólares; y como antes le quiso subir el precio al dólar, resulta que ahora el petróleo le sale más caro. Como sale más caro, tiene que poner plata para bajarle el precio a los usuarios y además devolver impuestos que recaudaba por el combustible.
Resumiendo, estamos haciendo el peor negocio.

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